Marcelo Galindo, Pablo Katchadjian, Santiago Pintabona

9

Tengo necesidad de cariño,

por eso llamo a cada uno de mis amigos, que son siete,

cuatro veces por día. Esto da veintiocho llamados

que hago en las dieciséis horas que paso despierto.

Sacando las dos horas de almuerzo y cena, quedan catorce horas,

es decir, dos llamados por hora de unos quince minutos cada uno.

Y aun así, tengo más necesidad de cariño:

mi abuela me llama sin que la llame.

Odio a mi familia. Mi abuela no lo sabe.

Mi madre no lo sabe. Mi padre no lo sabe.

Mi hermano no lo sabe. Mis hermanas no lo saben.

Mis primos no lo saben.

Mis tíos lo ignoran.

Sólo lo sabemos mis amigos y yo.




















.