Marcelo Galindo, Pablo Katchadjian, Santiago Pintabona

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Dos o tres veces

la verde estatuaria

le hizo señas a la muchacha que miraba,

y no le prestó atención; miraba los racimos que colgaban por detrás,

miraba a su amante que llegaba por el camino en la camioneta,

pero no le prestó atención a la estatuaria,

a su bronce oxidado. El amante

estacionó la camioneta por delante.











































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