Marcelo Galindo, Pablo Katchadjian, Santiago Pintabona

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Un compañero de celda me dijo un Viernes Santo

que sin duda nuestras mujeres se estarían divirtiendo

aprovechando los días libres. Le ofrecí un mate

y unos bizcochos. Simpático el compañero.

Un guardiacárcel me dijo un Domingo de Ramos

que sin duda nuestros hijos no tardarían en cometer algún crimen

y ser apresados. En Navidad un juez, una vez,

nos hizo limpiar la chimenea toda la noche.




























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