Marcelo Galindo, Pablo Katchadjian, Santiago Pintabona

18

Tu frasecita descorazonadora fue mi herida abierta.

Cuando tomo sol en la plaza, cuando descanso desnudo,

enseguida alguien se acerca y la pregunta

es la misma que me hacían siempre de chico.

Pienso que mi casa debería estar más ordenada

pero este pensamiento nada tiene que ver conmigo:

tienen que ver conmigo mi familia, mi mujer,

mis amigos y mis hijos, pero no el orden de la casa.

Mi tío vive en un caserón de 12 habitaciones

pero sólo utiliza el frente de la casa, la cocina y

el living. La cuestión de si en las piezas que están deshabitadas

hay orden o no, no será tratada en este poema.

“Prometo utilizar un método mucho más emocionante”.




















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