Marcelo Galindo, Pablo Katchadjian, Santiago Pintabona

21

Una vez que aprendí todo lo que sé,

filosofía, etnología, teología y geología,

empecé a valorar mi ábaco.

Acabo de contar 10 veces, hasta treinta,

y sigo: trigésimo primero, trigésimo segundo,

trigésimo tercero... para qué seguir si ya sé

trigésimo cuarto, trigésimo quinto...

No vale la pena. 34, 35, así lo hace cualquiera.

Aprendí a valorar el ábaco, y después aprendí

a valorar mis conocimientos más a allá de su valor intrínseco.








































.