Marcelo Galindo, Pablo Katchadjian, Santiago Pintabona

7

Tengo en las manos una muñeca de porcelana;

cuando pienses en mí, me dijo mi mujer,

cuando yo esté lejos, peinala con este peine;

y me dio un peine de plástico rosado.

Era de noche

y el pelo de la muñeca parecía tan feo

que, por temor a que el peine, recuerdo de mi mujer,

se rompiera, dejé todo como estaba;

esto pasó así ocho noches seguidas, y cuando mi mujer volvió

y vio el pelo de la muñeca

pensó que no había pensado en ella ni una vez.

A raíz de eso me divorcié, pero sigo con la muñeca.

Me llevé el peine para demostrarle lo que siento.




























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