Marcelo Galindo, Pablo Katchadjian, Santiago Pintabona

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Los silbidos que son el excedente del crujido de la boca de los esfuerzos

no contentan al espíritu; tal vez como sonido

de madera que se parte

formen parte de la fantasía

con que de día soñamos

al escuchar un tango desde el auto:

un tango silbado

en un auto de madera.
































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